Inteligencia colectiva y patrimonio cultural: el descubrimiento del sistema hidráulico del Juncarejo en Moralzarzal (Comunidad de Madrid)

Miguel Ángel Soto Caba

Sociedad la Alegría Serrana (SORCAS) 

CITAR COMO:

Miguel Ángel Soto. 2022. Inteligencia colectiva y patrimonio cultural: el descubrimiento del sistema hidráulico del Juncarejo en Moralzarzal (Comunidad de Madrid). Apuntes de El Ponderal 5: 81-93

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1. Un hallazgo excepcional

Durante el año 2021 el conocimiento del patrimonio histórico y cultural de Moralzarzal ha experimentado un salto cualitativo. Ha salido a la luz una infraestructura de abastecimiento de agua construida en 1623, obra que estuvo en funcionamiento durante más de tres siglos (1623-1970) y que quedó abandonada tras la construcción del embalse de Navacerrada (en 1969), lo que permitió la sustitución del abastecimiento de aguas subterráneas por aguas superficiales. Como resultado de su abandono durante más de 50 años una parte de esta obra había permanecido oculta hasta 2021.

No partíamos de cero. La existencia de una red de pozos y arquetas en un paraje próximo al pueblo ya era conocida. Además de ser visibles en superficie algunas de las estructuras del sistema hidráulico, los mayores del lugar conocían su existencia y guardaban en su memoria la limpieza periódica de los decantadores y el funcionamiento de la infraestructura durante una parte del siglo XX.

Pero gracias a varias iniciativas que son el objeto de este artículo se ha constatado la mayor extensión y complejidad de la obra hidráulica, así como su buen estado de conservación, pudiendo concluir que esta infraestructura es algo singular en el contexto geográfico de la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama. Y su interés histórico y patrimonial, adelanto ya, no tiene parangón en la Comunidad de Madrid.

Además de los elementos fundamentales del hallazgo, traemos a estas páginas el cómo se fraguó el descubrimiento. Primero, es importante reseñar que las personas que hemos contribuido de una u otra forma en este proceso somos un batiburrillo de vecinos de diferentes generaciones y con diversidad de habilidades e intereses. Ninguno somos arqueólogos, historiadores o expertos en infraestructuras hidráulicas, pero tenemos en común la curiosidad y las ganas por defender el patrimonio local. Detrás de este hallazgo hay muchas sesiones de lectura en los legajos del Archivo Municipal; muchas horas de esfuerzo y sudor con la podadora y la azadilla por parte de los voluntarios de la Asociación Senderos del Agua bajo la dirección y sabiduría de un cantero local; y, por último, intentos de dar sentido al trabajo de los otros y miradas escrutadoras sobre mapas y fotografías aéreas en busca de las marcas del tiempo sobre el territorio.

Por este motivo, en este artículo queremos poner el acento en el poder de la acción ciudadana en la mejora del conocimiento del patrimonio y en la defensa de los bienes comunes. La inteligencia que surge de la colaboración de muchos individuos, la inteligencia colectiva, es también patrimonio (inmaterial) y es el modus operandi de otras asociaciones hermanas en municipios vecinos, como la Asociación El Ponderal, a quienes agradecemos la invitación para escribir sobre nuestra experiencia. Una experiencia en la que es obligado reconocer la contribución y la colaboración institucional, desde el Ayuntamiento de Moralzarzal hasta los responsables del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, pasando por la siempre discreta pero muy relevante colaboración de la archivera municipal, Ana Belén Montero Díaz.

2. Localización y descripción del yacimiento

El yacimiento se localiza en la base del cerro de Cabeza Mediana, próximo al núcleo urbano de Moralzarzal, en un paraje situado entre los 1030 y 1020 metros de altitud (ver figura 1). Allí nace el Arroyo Juncarejo (fito-topónimo que alude a una planta, el junco, vinculada a la presencia de agua), que ha dado lugar a la calle del mismo nombre y que discurre en dirección Este hasta la actual Glorieta del Caño o Plaza de la Iglesia, donde se localiza la Fuente de los Cuatro Caños. Por localizarse en el entorno del arroyo del mismo nombre, hemos bautizado a esta infraestructura hidráulica como “del Juncarejo”.

Figura 1: Imagen aérea de Moralzarzal donde se ve, marcado con círculo negro, la zona donde se localizan las obras de limpieza que son presentadas en el presente trabajo. 

Dicho paraje forma parte del monte Matarrubia, de propiedad municipal y desde 1901 declarado de Utilidad Pública, formando parte del actual Catálogo de Montes de Utilidad Pública de la Comunidad de Madrid con el número 21.

La infraestructura hidráulica está compuesta por cuatro líneas de captación de agua subterránea, cada una de las cuales está formada por pozos de captación o drenaje del agua subterránea, y su posterior conducción a través de una red de conductos jalonados por decantadores. Construida originalmente en piedra granítica de la zona, las reparaciones y mejoras posteriores fueron incorporando materiales como el tubo cerámico, el hierro fundido o el fibrocemento. Una vez que la conducción abandona el paraje del Juncarejo y entra en el casco urbano se dirige hasta una pilastra con dos salidas de agua laterales en la proximidad de la Iglesia Parroquial. Dicha pilastra es uno de los elementos que constituyen la fuente conocida hoy en día como de Fuente de los Cuatro Caños.

Por su mayor antigüedad respecto a sistemas de abastecimiento y fuentes más recientes, a este sistema se le ha nombrado históricamente como los “caños viejos”, en contraposición al sistema hidráulico construido en 1885 conocido como los “caños nuevos”, y cuya fuente y frontispicio se añadió posteriormente (López Hurtado y Soto Caba, 2019a).

Figura 2: La Fuente de los Cuatro Caños de Moralzarzal. A la derecha, la fuente y el frontispicio de los caños nuevos construidos en 1885. Dicha fuente fue adosada al antiguo pilón, probablemente construido en 1817, en el que se puede observar la pilastra o pedestal en un lateral. Este pedestal podría ser el original colocado en 1623.

Ambos sistemas hidráulicos, los caños viejos y los caños nuevos, fueron catalogados como Bien de Interés Patrimonial (BIP) transitorio por el Ayuntamiento de Moralzarzal bajo la denominación de Fuente de los Cuatro Caños, e incluido en la publicación Recursos Patrimoniales de Moralzarzal (Argea Consultores, 2017), donde se elaboró un primer catálogo de bienes y espacios protegidos del municipio.

Pero a la luz de este descubrimiento es obligado precisar que estamos hablando de infraestructuras hidráulicas de 2 épocas históricas diferentes (1623 y 1885), a las que se suma la construcción del pilón en 1817. Procede, por tanto, localizar, diferenciar y catalogar en el futuro estas infraestructuras y su importancia de manera segregada.

3. De la Fuente del Moral a la Fuente de la Cuesta

Antes de entrar en el detalle de los hallazgos y en cómo se gestó la investigación es importante que nos detengamos en la existencia de una primera fuente, la que dio origen al primer emplazamiento humano documentado en la zona. En otras palabras, al origen del actual Moralzarzal.

Las primeras referencias históricas al pueblo de Moralzarzal nombran a esta alquería o poblado como Fuente del Moral. En la primera mención, una carta de de Sancho IV datada en 1287, se recogen los lugares reclamados por Segovia al Real de Manzanares, mencionando un núcleo poblacional asociado a una surgencia de agua: “el Alameda con la Fuente del Moral”. Y en el Libro de la Montería, del siglo XIV, la Fuente del Moral aparece en la descripción de los lugares y montes buenos para la caza, cercana a lugares y topónimos hoy reconocibles en el entorno de la localidad, como Cabeza Mediana o la Dehesa de Alpedrete. Por tanto, los pastores segovianos que desde el siglo XIII mueven sus rebaños al sur de la Sierra de Guadarrama y comienzan la repoblación de la Trasierra, se asientan en una alquería que es citada con el nombre de una fuente o próxima a una fuente.

Y solo a partir del siglo XIV, próximo a este núcleo habitacional se empezaría a nombrar otro enclave, Zarzal. Cuando en 1636 el Duque del Infantado otorga a ambas aldeas el título de villazgo, lo hará integrando ambos núcleos, por lo que la villa se nombrará a partir de entonces como Moral y Zarzal, perdiendo de esta forma el nombre la referencia a la fuente. Zarzal, muy probablemente, sufrirá los efectos de la Guerra de Sucesión, plagas y hambrunas propias de comienzos del siglo XVIII y quedará despoblada antes del siglo XIX (López Hurtado y Soto Caba, 2019b). Por tanto, la evolución en el poblamiento provocó la pérdida del nombre original, Fuente del Moral, y con él la mención a la surgencia de agua.

En 2019 propusimos la teoría sobre la posible ubicación de esa fuente (López Hurtado y Soto Caba, 2019b). Analizando la cartografía histórica y las fuentes escritas, propusimos que la Fuente del Moral se localizaba en el conjunto de surgencias que actúan como punto de descarga de las aguas infiltradas a lo largo de las diaclasas del macizo granítico que constituye el cerro de Cabeza Mediana. Y dichas surgencias se situaría en la base del Ejido (hoy Monte de Utilidad Pública Matarrubia), en lo alto de la cuesta que desde la Plaza de la Iglesia asciende por el antiguo arroyo del Juncarejo, hoy calle de Juncarejo. A comienzos del siglo XVII ese manantial o fuente se llamaba, ahora lo sabemos, la “fuente de la cuesta”.

Además de clarificar este aspecto sobre la fuente primigenia, el hallazgo ha servido también para deshacer un bulo. Hasta la fecha, la traída de agua desde el manantial (o los manantiales) de lo alto de la cuesta del Juncarejo estaba datada en 1817 y había sido atribuida a Julián De Fuentes (Valgañón, La Rioja, 1760 – Madrid 1835). De Fuentes fue regidor perpetuo de Madrid a principios del siglo XIX y comprador de los bienes de las obras pías de Moralzarzal subastados durante la primera desamortización de Godoy.

La asignación de la autoría de la obra a De Fuentes tenía como único pero poderoso argumento que en la pilastra situada sobre la fuente de los Cuatro Caños reza la siguiente inscripción:

Esta obra y conducción de sus aguas se hizo con acuerdo del ayuntamiento de esta villa a espensas (sic) de su Procurador el S. D. Julián Fuentes, Regidor Perpetuo de Madrid, año de 1817”.

Pero a partir de lo que ahora veremos, la hipótesis más verosímil es que la obra financiada por este personaje importante sea la mera construcción del pilón, la mejora del estado de los pozos y arquetas o la modernización de la conducción con la utilización de nuevos materiales, como los tubos cerámicos en el siglo XIX.

Por este motivo, uno de los primeros resultados de esta investigación es la retirada del honor y la gloria a quien parecía hasta ahora como el promotor de la obra, para dárselo en justicia al legítimo artista: un simple cantero de principios del siglo XVII.

4. Lo que cuentan las Actas del Concejo

La correcta datación histórica del sistema hidráulico del Juncarejo ha sido posible a partir del trabajo de Antonio López Hurtado, que consulta en el Archivo Municipal las actas del Concejo del Moral en el periodo 1606-1924 y las transcribe parcialmente en su web (López Hurtado, 2020).

Según el trabajo de Antonio López, la primera mención a la existencia de una fuente que abastece de agua potable a la población de Moralzarzal aparece en el acta del pleno del Concejo del Moral del 31 de diciembre de 1606: “(…) han de tener los taberneros sábanas limpias encima del barreño y medidas y agua de la Cuesta y no han de tener vino en tinajas sino en cueros (…)”.

Dicha fuente de la cuesta es recogida por medio de una cacera y atraviesa el núcleo urbano, como recoge el acta del 23 de junio 1614: “(…) la cacera del agua que pasa por la plaza que en esto se guarde la costumbre antigua y se aderece la cacera antigua y por allí vaya el agua y así se acordó (…)”.

La cacera, al estar abierta al exterior, no cumplía los requisitos para el abastecimiento de agua potable. Y será a partir de 1618 (en el acta del 21 de octubre) cuando se empiece a abordar la necesidad de una traída del agua protegida desde dicha fuente a las proximidades del pueblo: “(…) “que por cuanto el Concejo de este lugar tiene acordado que la fuente de la Cuesta se encañe y se haga un caño por bajo de la cuesta, (…)”. Pero los costes de dicha obra impedirían su construcción. Un año más tarde (acta del 1 de mayo de 1619) se vuelve a abordar el asunto: “(…) se leyó el auto proveído por el Señor Gobernador Bernabé Roche Fenolet sobre el bajar la fuente, y visto, dijeron y acordaron que atento ahora hay otras obras comenzadas y poca posibilidad del pueblo (…)”.

Es en 1620 cuando el acta se detiene en una descripción que ayuda a la correcta ubicación de dicha fuente de la cuesta:

“(…) puedan hacer y bajar una fuente que llaman la fuente de la Cuesta que está como suben a la sierra en una parte muy alta y lejos de dicho lugar y donde de ir las mujeres por el agua (…) especialmente en verano y agosto donde no hay abrevaderos sino es muy perjuicio por no tener donde beber sino es lejos y de hace esta dicha fuente y caño, el pueblo y vecinos de él y sus ganados reciben mucha utilidad y provecho y de no hacerse recibirán mucho daño y perjuicio (…)”.

Por fin, el acta del Concejo del 24 de agosto de 1622, recoge el acuerdo para “bajar y hacer la fuente de este lugar que se ha de bajar de la cuesta”. El 9 de octubre de 1622, se adjudica la obra, como recoge el acta en un punto titulado “Remate de la fuente y el caño” que encabeza el acta:

“Otro sí en este Concejo se pregonó la obra del caño de la fuente de este lugar sobre la postura que tiene hecha Mateo Fernández, cantero, y habiéndolo pregonado por no haber mejor ponedor se remató en el dicho Mateo Fernández (…)  el cual aceptó el remate así el encañar como del aviar la piedra y asentarla y por no haber mayor ponedor se remató en el dicho Mateo Fernández según y de la manera y con las condiciones contenidas en su postura (…)”.

No nos detendremos más en las actas, cuyos detalles pueden ser consultados en la web del autor, pero resulta fundamental para la historia de esta obra el acta del 2 de julio de 1624, donde se menciona la medición que ha realizado Bartolomé de Nabeda, un fontanero visitador venido de Madrid para calcular el coste de la obra y poder pagar así al cantero:

“(…)  la fuente que este lugar tiene junto a la Iglesia corriente y de la cual ha hecho y dijo haber hallado en ella lo siguiente por haberlo medido toda enteramente excepto algunas piedras que están sumidas debajo de la tierra las cuales adelante irán declaradas (…)”.

Por tanto, las actas en la que se especifican las medidas realizadas por el fontanero visitador nos dan una información muy valiosa para entender la dimensión y las características de esta infraestructura.

Con todo lo anterior, veamos ahora de manera resumida lo que se extrae del trabajo de Antonio López Hurtado:

  • En 1623 un cantero de nombre Mateo Fernández construyó una obra de captación del agua en un lugar conocido como fuente de la Cuesta y la condujo hasta un pedestal cuadrangular que construyó a modo de fuente en las proximidades de la Iglesia Parroquial.
  • La distancia entre ambos puntos, el manantial y el pedestal, es de una longitud que varía entre los 530 y 630 metros, según la medida de pie o vara considerada.
  • La obra realizaba, construida íntegramente en piedra, constaba de arcas, pilas, losas, encañados y pedestal.
  • El pedestal se construyó sobre unas losas de piedra, no se menciona un pilón.
  • El agua circulaba sobre piedra con acanaladura (encañada), y parcialmente enterrada (atarjeas), por lo que se deduce que estaría protegida con piedra.

5. La limpieza del entorno del sistema hidráulico del Juncarejo

Mientras Antonio López andaba entretenido entre los legajos del Archivo Municipal, en Moralzarzal se gestaba la Asociación Senderos del Agua. Aunque la asociación fue presentada públicamente en febrero de 2020, el colectivo llevaba más de un año recuperando manantiales y abrevaderos, limpiando pozos o reconstruyendo chozos de pastores.

Liderados por el cantero Luis Guillén Martín, un buen número de vecinos y vecinas se sumaban a los trabajos de limpieza y apadrinaban manantiales y abrevaderos de ganado para su mantenimiento. Para los trabajos más complicados y necesitados de maquinaria y material de obra la Asociación contaba con la colaboración de la brigada municipal o maquinaría del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

Y en el curso de estos trabajos, la asociación solicitó y obtuvo la autorización por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Moralzarzal para el desbroce de vegetación y la limpieza de arquetas y pozos conocidos de la zona del Juncarejo. Ya hemos comentado que una parte de la infraestructura era visible en superficie. En otros casos, el cantero local Luis Guillén conocía o recordaba la ubicación de otras arquetas o pozos.

Figura 3: Luis Guillén durante la apertura de la arqueta principal de la línea 4.
Figura 4: Trabajos de limpieza y descubrimiento del sistema hidráulico del Juncarejo.

Tras meses de trabajo, esta asociación ha procedido a la limpieza parcial de esta infraestructura, con importantes hallazgos en lo referente a la complejidad del sistema de captación, la calidad de las piezas labradas por los canteros, la superposición de reformas en la conducción del agua a lo largo del tiempo y los diferentes materiales utilizados. Recordemos que durante estos trabajos todavía se daba por hecho que la obra estaba datada en 1817.

Los resultados de estos trabajos revelan lo siguiente:

  • El sistema consta de 5 puntos de captación de agua (manantiales/chortales o pozos), en algunos casos sobre puntos de fractura o diaclasado de la roca.
  • A partir de estos puntos de captación (sean manantiales, pozos o fracturas de la roca) se han identificado 4 líneas de conducción de agua a través de canalizaciones jalonadas por arquetas decantadoras, coronadas con grandes losas labradas a cuatro caras y/o con forma trapezoidal.
  • Se han localizado 7 grandes arquetas (arcas en la terminología de 1623), en cuatro de las cuales el fondo estaba formado por pilastras de granito de una sola pieza que actuarían como decantadores.
  • Se han localizado o puesto al descubierto nuevas losas de granito de forma troncocónica y/o trapezoidal que actuaban como cierre de las arquetas.
  • Se han identificado arquetas distribuidoras que recogían el agua procedente de las diferentes líneas de captación para su posterior canalización hasta la fuente.
  • Se han identificado diferentes materiales constructivos utilizados para la conducción de agua, que reflejan los continuos trabajos de mantenimiento y mejora de la infraestructura durante cuatro siglos, así como la evolución tecnológica:
    • Piedra de granito con acanaladura (encañado), del siglo XVI
    • Tubería de fibrocemento, del siglo XX.
    • Tubería de cerámica, del siglo XVIII o XIX.
    • Tubería de hierro, del siglo XIX y XX.
  • Solo en las dos primeras líneas, la 1 y la 2, aparece el fibrocemento.
  • En la línea 3 aparece tubería de cerámica, pero no materiales posteriores.
  • Arquetas y canalizaciones de la línea 4 son, probablemente, parte de la obra original de 1623, al estar íntegramente construidos en piedra granítica y no haber sido utilizados posteriormente otros materiales para la canalización del agua.

6. El vuelo aéreo americano de 1967-1968

Un servidor, al tiempo que observaba los progresos de la Asociación Senderos del Agua en el Juncarejo, y una vez leída la transcripción de las actas por parte de Antonio, analizaba la imagen del vuelo fotogramétrico americano Serie C de los años 1967-1968 a través del visor CartoMadrid de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid (ver figura 5).

En dicha imagen, en blanco y negro, es posible la identificación de estructuras geométricas (líneas, polígonos) que no son de origen natural. Así mismo, la imagen revela diferencias cromáticas identificables con movimientos de tierra, cuyo origen podría ser la limpieza periódica de los pozos y las arquetas de decantación.

Figura 5: Interpretación del sistema hidráulico del Juncarejo a partir de la imagen del vuelo aéreo americano de 1967-1968 y las prospecciones sobre el terreno realizadas durante 2020-2021. Se han señalado con flechas las irregularidades topográficas, líneas o formas geométricas y cambios cromáticos que pudieran estar relacionas con la actividad humana.

La interpretación de esta imagen fue contrastada sobre el terreno con la presencia de las estructuras del sistema de Juncarejo ya conocidas, al ser fácilmente identificables en superficie; y también con las nuevas estructuras (arquetas y líneas de captación y conducción) que Senderos del Agua iba descubriendo.

El vuelo americano es unos años anterior a la inauguración del embalse de Navacerrada (1969) y, por tanto, anterior también a la construcción de un gran depósito de agua en la zona del Juncarejo para el abastecimiento del pueblo a partir de aguas del embalse. Estas obras supusieron la excavación, vaciado y explanación de una zona contigua, por lo que el movimiento de tierras, los viales para el paso de maquinaria y las canalizaciones posteriores provocaron la destrucción o pérdida de una parte del sistema hidráulico.

La limpieza parcial de la zona por parte de la Asociación Senderos del Agua permitió la confirmación de las estructuras identificadas en la imagen aérea, así como la constatación de que algunas estructuras han desaparecido como consecuencias de las citadas obras en 1970.

Figura 6: Interpretación del sistema hidráulico del Juncarejo. Se representan con una cruz los pozos o surgencias de agua; con un cuadrado las pilas decantadoras; con un grifo las arquetas repartidoras de agua; y con un interrogante las estructuras no encontradas o desaparecidas.

7. Una mirada a nuestro entorno para conocer la dimensión del hallazgo

La colaboración y el entendimiento fueron fundamental en la siguiente fase. El intercambio de información y la discusión en común sobre lo encontrado permitió esta recomposición de un pedacito del rompecabezas de la Historia de Moralzarzal.

El siguiente paso fue averiguar si existían obras de este tipo en pueblos vecinos. Necesitábamos comparar esta infraestructura hidráulica con otras similares, para la que volvimos a la revisión bibliográfica.

En el caso de Hoyo de Manzanares, algunos trabajos de investigación sobre las fuentes y manantiales (González et al. 2017) o sobre la historia del abastecimiento de agua a esta localidad (Herráez y Soriano, 2017) documentan algunos restos del sistema de abastecimiento a la fuente de “el Caño”, la primera fuente urbana de la que existen referencias escritas, obra fechada en 1845. Estos trabajos aportan alguna información sobre el antiguo manantial y su localización, así como restos de antiguas arquetas que protegían otros manantiales alumbrados en años posteriores.

Un poco más alejados de Moralzarzal, pero en un contexto geológico similar (Guadalix de la Sierra, y Soto del Real), el Equipo A de Arqueología ha investigado y descrito la organización del paisaje en torno al agua y la extensa red de caceras, infraestructuras y planes destinados al riego o el abastecimiento tanto del mismo pueblo como de la Corte, Madrid. Pero las descripciones apenas se detienen en la mera existencia de fuentes de origen medieval, manantiales de especial relevancia por estar en el origen de dichos asentamientos. En el caso de Guadalix de la Sierra, la historia y descripciones de algunas de estos manantiales, como el de La Canaleja, del Pilancón o el Espinar (Colmenarejo et al. 2012), no llegan a describir la tipología y materiales de los sistemas constructivos de aducción y distribución y, en cualquier caso, su datación histórica es más reciente. En el caso de Soto del Real, los mismos investigadores documentan la existencia de manantiales en la finca de “Los tollos” que abastecen la fuente de la villa, apareciendo en la segunda mitad del siglo XVII referencias en los archivos municipales de trabajos de derivación de aguas de un arroyo a la cacera que aseguraba el abastecimiento humano (Colmenarejo et al. 2015).

Algunas tesis doctorales sobre hidrología de la Sierra de Guadarrama (González Yélamos, 1991) o sobre las fuentes públicas en la Comunidad de Madrid (Martínez Núñez, 2015) se detienen y describen sistemas de captación y conducción de agua en núcleos urbanos de la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama. Pero tampoco parecen haber profundizado en la complejidad, antigüedad y valor patrimonial de estas infraestructuras.

A falta de infraestructuras de abastecimiento urbano comparables a la del Juncarejo en un contexto geográfico próximo, hemos comparado nuestro hallazgo con la obra hidráulica que abasteció de agua a la Cartuja de El Paular (Rascafría), datada también en el siglo XVII. En un trabajo sobre la ingeniería hidráulica asociada a este monasterio se establece la fecha de construcción en el periodo comprendido entre el último tercio del siglo XVI y primeras décadas del XVII (López Vera y López-Camacho, 2017), en un momento de gran impulso a estos “viajes del agua” debido al establecimiento de la corte en Madrid a partir de 1561 y la posterior declaración de capitalidad en 1606.

Estos investigadores recogen una interesante información de los archivos municipales de Madrid donde se mencionan la identidad de gran número de “fontaneros, visitadores y arquitectos” de estos viajes de agua. Maestros fontaneros de Madrid que, como ya hemos comentado, también visitaron Moralzarzal en 1624 para realizar una medición de la obra con vistas a valorar económicamente los trabajos y pagar en consecuencia al constructor de la misma.

No podemos pasar por alto un aspecto de sumo interés para reforzar el argumento de que las técnicas constructivas del sistema hidráulico del Juncarejo presentan similitudes con los viajes del agua de época medieval. Se trata de los capirotes o grandes bloques de piedra con forma tronco-cónica o piramidal que coronan las arquetas de estas infraestructuras. Estos trabajos en grandes bloques de piedra granítica aparecen también en los «viajes del agua» de la ciudad de Madrid (Guerra, 2006) o de la Cartuja de El Paular en Rascafría (López Vera y López Camacho, 2017).

8. Hacia la excavación arqueológica y la musealización del sistema hidráulico del Juncarejo

En junio de 2021 las principales personas y asociaciones implicadas en este hallazgo elaboraron un documento (Bartolomé et al, 2021) donde se expusieron las conclusiones de los trabajos llevados a cabo, junto con un análisis geológico y geomorfológico del paraje del Juncarejo por parte del geólogo local Juan Francisco Bartolomé Solís.

El documento incluía una propuesta dirigida al Ayuntamiento de Moralzarzal y a la Comunidad de Madrid para la elaboración de un proyecto de excavación y conservación del yacimiento, incluyendo su musealización y puesta en valor como elemento educativo y de dinamización dentro de las estrategias de desarrollo local del municipio. La propuesta defendía la integración de este elemento patrimonial dentro de la estrategia de desarrollo local, poniendo en valor un paisaje cultural vinculado a los usos históricos del agua, una propuesta alineada con el concepto de paisajes culturales de la UNESCO (Sotelo Pérez, 2013).

Por último, los firmantes de la propuesta acababan recordando a las instituciones públicas la importancia de contar con una asociación cultural dedicada a la catalogación y conservación de los paisajes del agua del término municipal, la Asociación Senderos del Agua, colectivo que puede jugar un papel clave en el mantenimiento y conservación del yacimiento, así como en la función divulgadora de los valores culturales e históricos de esta obra hidráulica.

Bibliografía

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  • Argea Consultores S.L. 2017. Recursos Patrimoniales de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • Bartolomé Solís, J.F., Guillén Martín, L., Hernando, J.E, López Hurtado, A., Soto Caba, M.A. 2021. Propuesta de musealización del sistema hidráulico de abastecimiento de agua del Juncarejo del siglo XVII (Moralzarzal, Comunidad de Madrid). Inédito.
  • Colmenarejo García, F., Fernández Suárez, R., Gómez Osuna, R., Jiménez Guijarro, J., Pozuelo Ruano, A. y Rovira Duque, C. 2015. Guadalix de la Sierra. Arqueología e Historia de una vega. Ediciones Equipo A.
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  • Guerra Chavarino, E. 2006. Los viajes del agua de Madrid. AIEM, XLVI. https://docplayer.es/8169455-Los-viajes-de-agua-de-madrid.html
  • Herráez, E. y Soriano, J.L. 2017. Historia del abastecimiento de aguas en Hoyo de Manzanares (1845-2017). Apuntes del Ponderal, Vol 0, num 0. https://drive.google.com/file/d/0Bw_AdSfkSK1TclZpSk9zWmFMN28/view?resourcekey=0-TrNcvGrDA1_FwxRuyhGFjQ
  • Martínez Núñez, A. 2015. Caracterización hidráulica, hidrogeológica y patrimonial de las fuentes públicas naturales de la Comunidad de Madrid. Propuestas metodológica para su catalogación. Tesis Doctoral. Universidad Politécnica de Madrid.
  • López Hurtado, A. 2020. La Fuente de la Cuesta. Web Conocer Moralzarzal. http://www.conocermoralzarzal.es/fuencues.htm. Última consulta, 3 de mayo de 2021.
  • López Hurtado, A y Soto Caba, M.A. 2019a. El sistema hidráulico de abastecimiento de agua desde los manantiales de El Robledo (Moralzarzal, Comunidad de Madrid). Un ejemplo de ingeniería rural construida mediante prestación vecinal en el siglo XIX. Sierra Cultura. http://www.sierracultura.com/index.php/localidades/moralzarzal/item/72-el-sistema-hidraulico-de-abastecimiento-de-agua-desde-los-manantiales-de-el-robledo-moralzarzal-comunidad-de-madrid
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